El viaje empezó saliendo de Pamplona a las 6h35 en tren,
rumbo a Madrid, donde llegamos a las 9h45, cogimos un cercanías, que nos llevó
a la T4 y de allí un bus a la T1. Nada más llegar fuimos a facturar las maletas
y menos mal, ya que nos dimos cuenta de la cantidad de gente que iba a viajar
en nuestro avión, estuvimos 1 hora o más esperando para facturar las maletas,
la cola era increíble, y todo el mundo iba en el mismo vuelo. En el avión
éramos 497 personas!!!
Llegamos hacia las 17h, hora local, a Cancún, y de allí
pasamos el control de pasaportes, cogimos las maletas, pasamos la aduana, con
el famoso semáforo (a los dos nos salió verde), y buscamos nuestro autobús para
ir al hotel.
Llegamos al hotel hacia las 20h, hicimos el check-in y nos
llevaron en carrito de golf a nuestra habitación. Conforme íbamos viendo cosas
del hotel más nos asombrábamos, todo es a lo grande! Ya sabíamos que era grande
pero no tanto, también tengo que apuntar que ya era de noche y nos costó
horrores ubicarnos. Esperamos a que nos trajeran las maletas y nos fuimos a
cenar, eran las 9h pero estábamos hambrientos y agotados.
Al ir al buffet dimos un rodeo porque no sabíamos por donde
teníamos que ir. Después de cambiar de buffet, porque ese ya estaba cerrando, y
conseguir una mesa, con cubiertos, por fin comimos, esa noche era noche
mejicana, y la verdad que no nos apasionó. Nos tomamos el primer cóctel y
fuimos a ver el espectáculo, esa noche como he dicho era mejicano, vimos danzas
y vestimentas distintas y variadas. Como estábamos agotados quisimos ver la
playa y después ir a la habitación, y digo bien quisimos, ya que como he dicho
no nos orientábamos y era todo gigante, andamos y andamos más, y llegamos a
unas habitaciones donde había mapa de situación del hotel y resulta que nos
habíamos ido hacia la dirección contraria a la playa, así que volvimos hacia el
teatro, y de allí, volviendo a dar rodeo, nos fuimos a nuestra habitación. En
el camino vimos diversidad de fauna mejicana, vimos un mapache, arañas
gigantes, e insectos hoja y palo. Por cierto como había llovido el suelo resbalaba
muchísimo. Ya en la habitación, un baño en el jacuzzi y a dormir, ya que
llevábamos 23 horas de viaje, estábamos agotados…
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