Tranquilamente nos despertamos, desayunamos como reyes por
325 baht los dos en el mismo sitio que hace dos días, y fuimos caminando hasta
el Wat Intharawihan, o
también conocido como el buda de pie.
La entrada es libre y abren de 9h a 16h. Este buda es
impresionante por su altura, 32 metros. Y en el recinto al llegar estábamos
solos con otros dos tailandeses. Luego ya llegó un grupo de turistas cuando
salíamos.
Ese día yo quería ver también el templo del mármol o Wat
Benchamapophit, pero los días anteriores pasábamos por delante con el taxi y
siempre había policías. Un taxista nos explicó que estaba habiendo
manifestaciones porque buscaban un cambio de gobierno y no nos aconsejaba venir
a verlo, la verdad que pasabas por allí y me recordaba al check point de Berlín,
con muros de 1 metro, alambradas, policías detrás con escudos antibalas. No nos
dio mucha seguridad y preferimos no arriesgarnos. Por fuera nos pareció un
templo muy grande y majestuoso.
Volvimos al hotel a por las maletas y pedimos un taxi, pero
no para ir al aeropuerto, sino para que nos dejará en el hotel: Siam Star
Hotel. ¿Por qué allí? Pues porque era el hotel que cogimos para el último día
en Tailandia, aunque no fuéramos a dormir, ya que el avión salía a las 00h10.
Lo reservamos para poder darnos una ducha antes de volver para España, y
además, durante el día también podíamos dejar todas las maletas. Pero ese día
fuimos para dejar una maleta, íbamos a seguir el viaje con menos peso y
sobretodo menos volumen. Nos cobraron 450 baht por 9 días, es decir 50 baht por
día.
Tras esta parada, cogimos otro taxi para ir al aeropuerto
Don Mueang por 200 baht, tardamos una media hora en llegar. Comimos en el
aeropuerto por 448 baht, en el Silom Village. Nuestro avión salió puntual a las
15h45 y llegamos a Chiang Mai una hora más tarde y con bastantes menos grados
en el cuerpo. Un consejo: no os olvidéis de cogeros una chaqueta con vosotros,
o pensareis que sois unos pingüinos en el polo norte.
Al llegar cogimos un taxi por 120 baht que nos dejó en
nuestro hotel: Sripat Guesthouse.
El hotel nos gustó mucho,
de madera por fuera y en la recepción. Y el personal muy sonriente y
amable. También disponíamos de piscina.
Tras dejar las maletas en la habitación nos fuimos a cenar,
y decidimos parar en un mexicano para variar un poco, el sitio se llamaba: Loco
Elvis, estaba muy ambientado, había una persona cantando en directo, y a pesar
de toda la gente que había enseguida nos atendieron. Pero cometimos un fallo,
no dijimos que no pusieran picante en las comidas, y sólo con el primer bocado
echábamos humo por la boca. Precio de la cena: 680 bahts
Y por fin, empezaron las compras, ya que llegamos al night
bazar. Nada más poner un pie por la calle principal se abrió la veda. Encontramos
de todo, fulares, relojes, bolsos, camisetas, mochilas, estatuas, lámparas, y
un largo etcétera…, a decir verdad, todo lo que te puedas imaginar.
Carteras
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70
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2 pantalones
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530
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Corbata
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200
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2 lamparas
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360
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Reloj carrera
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1850
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Reloj Ck
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400
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