Desde el palacio hay unas vistas impresionantes al Bósforo. Y ante el asfixiante calor decidimos tomar un agua y contemplarlas mejor.
También se ve el puente que une Europa con Asia.
qué fresquito!!
A la vuelta estuvimos callejeando hasta llegar al Gran Bazar, donde volvemos a hacer unas compritas, que quedaban pendientes. Sin duda, el bazar es una de las cosas que más me ha gustado.Terminamos el día viendo la puesta de sol, bajo la atenta mirada de la mezquita azul y acompañados de una kachimba con sabor a manzana y un heladito
Lo que más nos sorprendió fue que al ponerse el sol, todo el personal de restaurantes y bares desaparecía, ya que se iban a beber y comer, pues llevaban todo el día en ayunas. Luego por las calles veías mesas familiares con muchísima comida. Y durante el día cada poco oías oraciones de las mezquitas (tienen altavoces), y todo el mundo se ponía a rezar, incluso los que iban conduciendo, paraban, ponían una alfombra en el cemento y a rezar.
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